El estrés es un mecanismo de defensa natural que se activa ante cualquier situación que nos haga sentir en alerta o nos produzca nerviosismo. Es una reacción de nuestro cuerpo, tanto física como emocional, ante un desafío externo.
El estrés laboral es un trastorno de la salud de los trabajadores que puede surgir por la presión constante o la tensión sufrida en el entorno laboral, lo que tiene consecuencias tanto físicas como mentales, además de afectar al resto de trabajadores de su entorno.
En la actualidad, cada vez se hace más hincapié en su sensibilización, y en la necesidad de actuación tanto en su aparición como en la prevención. Por ello, ya es cada vez más habitual que las empresas incluyan en su formación cursos sobre cómo gestionar las emociones y trabajar en equipo de forma respetuosa y empática, tanto con nosotros mismos como con los demás.
Causas del estrés laboral
Cada persona tiene un carácter y una fortaleza, además de una forma de enfrentarse al entorno muy diferentes, por lo que las causas que le pueden llevar a sufrir estrés son distintas. Sin embargo, sí que se pueden recoger algunas causas comunes, que son las más habituales.
- Malas relaciones laborales. Si en el trabajo se tienen problemas, bien con otros compañeros, bien con los jefes, puede ser una causa de estrés, ya que son necesarios el compañerismo y la fluidez en las relaciones para un rendimiento laboral sano.
- Horarios rotativos. Cuando no dispones de un turno fijo o estable, se pueden producir trastornos en el sueño o en la alimentación, lo que también puede derivar en estrés. Igualmente, si las jornadas son muy extensas o se alargan más de lo previsto, pueden estresar a la persona, debido a que tendrá menos tiempo para dedicarle a sus asuntos familiares y personales.
- Demasiada carga laboral. Tener demasiado volumen de trabajo o de responsabilidad también puede afectarnos, especialmente si tenemos que responder ante muchas personas.
- Falta de aspiraciones o motivación. Si tu trabajo es monótono, te preocupa que podrían despedirte o tienes un puesto en el que sabes que no puedes ascender o no tienes objetivos claros que te satisfagan, te puedes sentir muy frustrado.
¿Cómo se manifiesta el estrés laboral?
Si creemos que, tanto nosotros mismos como algún compañero de nuestra empresa podría estar sufriendo estrés en el trabajo, podemos detectarlo por la aparición de algunos de estos síntomas:
Síntomas de carácter físico
El estrés puede causar diferentes problemas en nuestra salud física, tales como sudoraciones, pálpitos, dolores de cabeza, mareos, dolores de estómago, dolores musculares, fatiga y alteraciones del peso o del sueño.
Síntomas de carácter emocional
El estrés afecta especialmente a nuestra salud mental. Algunas de las emociones que podemos sentir o ver alteradas son: preocupaciones, inseguridad, temores, dificultades de concentración, hastío, impaciencia, irritabilidad, dificultad en las relaciones con los demás y, en los casos de mayor gravedad, ansiedad o depresión.
Cambios en la conducta
Otras manifestaciones que pueden surgir como consecuencia del estrés son los cambios de conducta. Entre ellos puede ocurrir el ausentismo laboral, la creación de conflictos en el lugar de trabajo, el aumento de conductas de carácter violento o agresivo e incluso el abuso de sustancias como café, alcohol o tabaco.
Cómo combatir el estrés laboral
Cuando sufrimos estrés debemos alcanzar un equilibrio entre las cosas que nos afectan y no podemos cambiar (como dejar nuestro empleo o cambiar de jefe) y las que sí podemos mejorar.
Ante los primeros síntomas, deberíamos buscar ayuda médica. No obstante, compartimos algunos consejos para aliviar esta tensión.
Lo primero que tenemos que hacer es valorar qué cosas sí podemos transformar en nuestra jornada.
Por ejemplo, debemos buscar la forma de tener descansos, aunque breves, que nos ayuden a despejar nuestra mente.
Si tenemos demasiada carga laboral, es importante hablar con nuestros superiores desde la sinceridad y establecer expectativas que podamos alcanzar. Debemos tener un compromiso serio con nuestro empleo, pero también con nuestra salud. Por tanto, es imprescindible pasar por esta incómoda conversación, necesaria para marcar unos límites.
Por otro lado, el estrés laboral no se maneja sólo durante las horas en las que estamos trabajando, si no que debemos encontrar hábitos saludables que nos ayuden a rebajarlo.
Algunas vías de escape que pueden ayudar a controlar esta tensión son la meditación, el deporte y la utilización de técnicas de respiración.
También es muy importante disfrutar de nuestro tiempo libre, haciendo actividades que nos hagan sentirnos realizados y nos ayuden a desconectar nuestra mente de la presión laboral.
Por último, es importante incidir en un buen descanso. Tenemos que dormir las suficientes horas. Además, una buena opción para que nuestra mente se relaje es dejar de utilizar dispositivos electrónicos durante la noche, especialmente un rato antes de dormir, para que nuestro cerebro esté menos activo.