Tomar la decisión de hacer ejercicio puede ser fácil, pero lo complicado es ser constante. Algunas de las excusas o inconvenientes que solemos alegar para no practicar esta actividad tan necesaria y beneficiosa para nuestra salud pueden ser económicas, ya que la cuota de un gimnasio es cara o bien porque no tenemos tiempo de acudir a él.
Si practicas ejercicio en casa, además de ahorrar dinero, también lo harás en tiempo, ya que no tienes que desplazarte a ningún lugar. No obstante, es importante tener en cuenta que hay que establecer un tiempo al día para esta actividad. Lo bueno es que con menos de media hora al día y combinándolo con una alimentación saludable, ya podemos notar algunos de los beneficios de practicar ejercicio.
Algunos de los consejos para comenzar a practicar ejercicio en casa son:
Crear tu espacio de entrenamiento
No es necesario tener una gran sala o habitación dedicada exclusivamente al ejercicio, pero sí que es recomendable practicar ejercicio siempre en la misma zona de la casa y qué ésta tenga buenas condiciones de luz, espacio y temperatura. Además, es importante que este lugar esté libre de distracciones externas, tanto de televisión u otro tipo de dispositivos como de otras personas que nos puedan despistar.
Establecer un objetivo y un plan de entrenamiento
Para lograr ser constantes practicando ejercicio debemos tener un objetivo concreto. Aunque quemar calorías y perder peso suele ser lo más común, nuestras metas pueden ser otras, como fortalecer los músculos o reforzar nuestra zona lumbar, especialmente si trabajamos sentados.
Una vez que hemos marcado el objetivo, tenemos que crear nuestro plan de entrenamiento y rutina de ejercicios para lograr dicha meta.
Para que esta rutina de entrenamiento sea efectiva, tenemos que marcar un horario e intentar cumplirlo siempre, ya que tener un horario fijado nos ayuda a mentalizarnos y a mejorar nuestra disciplina, lo que facilitará la adquisición del hábito de forma natural. Si es posible, lo ideal es realizar ejercicio por la mañana, antes de nuestra jornada laboral.
Busca consejo profesional
Una de las ventajas indudables de acudir a un gimnasio es que tienes a tu disposición a expertos que te pueden guiar y asesorarte para realizar los ejercicios de forma correcta.
Sin embargo, en la actualidad es sencillo cubrir esta necesidad, ya que existen muchos tutoriales gratuitos o rutinas en vivo que puedes seguir, así como perfiles en redes sociales como Instagram o Youtube.
De todas formas, si llevas mucho tiempo sin practicar ejercicio o no tienes mucha idea de cuál sería tu mejor rutina de entrenamiento, siempre puedes acudir a un profesional de forma puntual para que te diseñe una rutina. Esto además te ayudará a asegurarte de no sufrir ninguna lesión por desconocimiento.
Marca tus límites
Es importante no dejarse llevar por la emoción o la motivación que nos impulse a llegar a nuestras metas sin tener primero conciencia de cuáles son nuestro límites físicos.
Para tener claro el ritmo de ejercicio que podemos mantener, es necesario hacerse un chequeo médico. Conociendo cómo se encuentra nuestra salud podremos ajustar el deporte a nuestras características físicas.
Se trata de trabajar nuestros músculos con un nivel de intensidad acorde a nuestra fortaleza y resistencia, evitando fatigarse en extremo.
Si mantenemos la frecuencia en la práctica de ejercicio, poco a poco podremos aumentar el ritmo y la dificultad. Además, la complicación del entrenamiento hará que tu cuerpo no se acostumbre a hacer siempre los mismos movimientos, lo que te hará progresar.
Es importante, especialmente los primeros días, tomarlo con calma, escuchar a tu cuerpo y entender cuándo es necesario parar.
Cómo encontrar la motivación
A veces es difícil encontrar la motivación necesaria para no decaer en nuestro empeño de realizar ejercicio. Algunas formas sencillas de mantener esa motivación son:
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Practica ejercicios que te gusten. Si tu rutina contiene ejercicios divertidos y atrayentes será mucho más fácil de realizar. Prescinde de aquellos que peor se te den, por ejemplo, si te cuesta mucho hacer flexiones, busca una alternativa más llamativa para ti.
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Crea tu playlist personalizada. La música es un acompañante ideal para el entrenamiento. Si creas una lista de música con tus canciones favoritas te animará a continuar con tus ejercicios.
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Registra tus avances. El llevar por escrito registrado todo lo que avanzas no solo te sirve para contabilizar tu progreso. Para los días que estés más decaído o tengas menos ánimo, leer todo lo que has progresado te ayudará a motivarte para no dejar de practicar ejercicio.
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Establece una recompensa. Lograr establecer un hábito es más fácil si sabemos que después tendremos una recompensa. Sin embargo, esta recompensa puede ser un arma de doble filo. Es habitual que después de hacer ejercicio queramos recompensarnos con el consumo de algún alimento poco saludable. Aunque al principio podemos utilizar esta opción, lo ideal es acostumbrarnos a otro tipo de recompensa positiva, como un baño relajante, un estiramiento relajante, tomar un café con calma, entre otros.